sábado, 2 de noviembre de 2019

Poemas | Galicia Digital

Poemas | Galicia Digital:Azul

Poemas publicados en España por Galicia Digital


El cielo de las cuatro de la tarde
Camino entre dos mantos de tierra fértil y plana.
A un lado del camino
hay una casa abandonada.
Contrasta con el cielo de las cuatro de la tarde.
Azul intenso,
con nubes blancas,
amontonadas y tumultuosas.
Siento una gran curiosidad por esa casa.
No puedo dejar de mirarla.
Parado en medio del prado.
¿Cómo será vivir ahí?
Entre los escombros.
Como será perderme para siempre
en una casita abandonada,
al costado del camino,
con un cuaderno y un lápiz.
Pasar todos los días describiendo ese cielo
y esas nubes,
tan blancas,
como grandes y lejanas ciudades.


Implacable
Entre mis vértebras.
Entre mis pulmones y mi corazón.
En las venas.
Por mi sangre.
Por mi aire.
En mi espacio.
En mis ideas.
Entre las costuras de mis recuerdos.
En cada mañana,
en las noches,
en mis sueños.
En la música.
En las calles de mi ciudad.
En algún cuadro.
En los libros que leo,
en mis poemas,
en el vino.
Inundándolo todo, todo el tiempo.
Me gustaría dejarte,
pero no me basto a mí mismo,
no entro en mi,
no me alcanza el tiempo.
Y no sé cómo construirte.
Sólo encuentro retazos,
por todas partes, en todos lados. 
  

Inconsciente
Yo, solo,
tirándole piedras a un tanque de guerra
en un plaza sin árboles.


Azul
El río está tranquilo.
Las pocas personas que andan por el pasto,
entre bancos y árboles,
lo hacen en silencio.
Me permiten leer y pensar.
Descansar, por un rato, del caos porteño.
Sé que en algún momento voy a tener que subirme a mi bici,
atravesar la costanera, pasar la manifestación, esquivar el tránsito,
escuchar las noticias incendiarias, ocuparme de mis cosas.
Lo haré.
Llegaré a mi casa, oscura.
Me sentaré frente a la computadora,  
trataré de conquistarlo todo
con la ingenua ilusión
de encontrar en ello el amor que reclamo.
Lo haré.
Escribiré mil páginas, viajaré por el mundo,
conoceré a tantas personas como pueda.
Las amaré con la mayor intensidad que haya en mi.
Lo haré.
Aunque pierda la vida intentándolo.
Aunque sea un afán estúpido, sin sentido.
Aunque me aterre el ridículo.
Lo haré y volveré acá,
siempre.
Con mi bici, mi cuaderno, mi mochila.
A éste banco.
A escuchar el oleaje lamiendo las piedras negras.
A mirar este río de aguas ocres, éste cielo azul intenso.  
El tiempo dirá quién soy.
En este momento poco me importa.



                                                                                                                                             Julian Ferreira








sábado, 29 de junio de 2019

Hijos de las máquinas (Publicado en la antología poética Más allá del espejo)

Hijos de las Máquinas

El tiempo pasa.
Debajo de las uñas siento la piel curtida,
el metal y el agua fría,
las gotas de grasa que recorren mi espalda.
Entre los discos de la columna
el líquido espumoso hirviendo sobre el acero.
Mientras, el tiempo pasa.
Los coches dejan de escucharse,
los pájaros desaparecen de las ventanas.
Trepa por el pulmón de la manzana,
entre caños y cables, el hollín,
deja su marca.
Imborrable en la memoria de los pibes
que se asoman y miran desde las medianeras, el patio,
vacío y sucio.
Afuera, la gran ciudad,
caliente todavía, prohibida para ellos,
desaparece.
Mientras, el tiempo pasa.
Se hace de noche, de a poco,
yo sigo trabajando a cambio de nada,
como los demás.
Hijos de las máquinas,
fumándose las horas, adorando pantallas,
desesperados de belleza,
orgullosos de ellos mismo,
ebrios de toda esa guita que no tienen.
Y no van a tener.
Nunca.
Mientras, el tiempo pasa.

sábado, 15 de junio de 2019

Perfectos desconocidos




Perfectos desconocidos
Me escribió un amigo
para contarme de un poeta.
De su casa,
de su obra signada, de montañas y pájaros.
De su vida tranquila, de pueblo y monte.
Mi amigo anda en ese mundo.
Me preguntó si conocía al poeta
y le dije que no.
Ni siquiera ahora, unas horas más tarde,
me acuerdo de su nombre.
Sus poemas quedaron flotando por ahí,
anónimos.
Como mi propio pájaro,
azul con manchas rojas,
anónimo también.
Flotando por  calles de asfalto.
En los libros que leo.
Nadando en ríos de vino.
Nadando y cantando,
a paso lento,
entre la multitud citadina,
entre millones de rostros desconocidos,
sin nombres,
como todos nosotros.



Publicado--->   https://palabrabierta.com/tres-poemas-de-julian-ferreira/

miércoles, 29 de mayo de 2019

Comienzo de viaje


Comienzo de viaje
Enfrente de un parque soviético.
Como del cerebro de una mujer,
el miedo de destruir sus ideas.
Sus recuerdos y los míos.
El sol, la luz.
Las flores negras a mi lado.
Un viaje que empieza.
Una hoja en blanco.
La imposibilidad de escribir de un tirón,
todo lo que siento, lo que vivo.
El viento placentero en la incertidumbre,
en la convicción
y el deseo
de no perder un minuto de mi vida
queriendo ser alguien que no soy.

Bien lejos


Bien lejos
Cumpleaños número treinta y cuatro.
Recibo muchos más mensajes de los que mando en un año.
Gente que me quieren.
Sólo eso alcanzaría para hacer sentir a una persona feliz.
Pero durante la mañana, cuando me levanto,
escucho la lluvia golpeando el techo del patio.
Acostado con mi gata, durmiendo.
Y la lluvia afuera.
Lo primero que pienso es en la bici
y enseguida suspender mis compromisos sociales.
Pero obvio, no puedo, es mi cumpleaños.
Me deprimí. Y seguí así todo el día.
Como explicarles
lo que una mañana lluviosa de domingo
puede hacer con mi cerebro.
Horas más tarde, rodeado de gente,
frente al fuego de una vela,
sonriendo como un idiota;
deseando, intensamente,
subirme a la bicicleta y pasar horas, días , años.
El movimiento mecánico,  el viento de frente,
la ciudad a los costados
y la música recorriéndome el cuerpo.
Sin pensar.
Lejos, bien lejos, donde nadie sepa mi nombre.


                                                                           Julian Ferreira

En mi cuarito


En mi cuartito
Lo que te digo,
en este momento, en este lugar,
en este cuartito repleto de fantasmas
es que voy a escribir lo que quiera.
Suficiente tengo con mi vida.
Estoy tan soló en esta habitación,
tan asustado,
tan borracho
y a pesar de todo tan tranquilo.
Allá afuera, lo sé, 
alguien va a encontrar un mundo,
entre tanto sinsentido.
Una persona
en estas palabras. 
                                                                          

                                                                              Julian Ferreira